La empresaria reveló que el estrés por su divorcio y la crianza de sus hijos la llevó al límite
Durante la séptima temporada de su reality show The Kardashians, Kim Kardashian abrió su corazón al contar un episodio de salud que dejó preocupados a sus seguidores: le detectaron un aneurisma cerebral.
Según relató la fundadora de SKIMS, el hallazgo ocurrió durante una resonancia magnética de rutina. Su médico le explicó que el aneurisma podría haberse desarrollado como consecuencia del estrés acumulado que vivió durante y después de su separación de Kanye West, con quien comparte la crianza de cuatro hijos.
“Me siento más estresada probablemente porque tengo que proteger a mis hijos. Todos pueden soportar ciertas cosas, pero yo quiero que ellos estén bien. Van a crecer, van a ver cosas, y mi trabajo es que estén protegidos”, expresó Kim en el programa.
Una relación marcada por la presión y la exposición pública
Sin entrar en detalles legales ni personales, Kim reconoció que su matrimonio con Kanye fue emocionalmente difícil y que, por momentos, llegó a experimentar lo que describió como una forma de síndrome de Estocolmo —un fenómeno psicológico en el que una persona desarrolla vínculos afectivos con quien le ha causado daño o sufrimiento—.
“Siempre sentí que tenía un poco de síndrome de Estocolmo. Siempre lo protegía, siempre quería ayudarlo”, confesó la estrella de televisión, subrayando que hoy está enfocada en mantener su estabilidad emocional y la de sus hijos.
Kim Kardashian, madre de tiempo completo
La empresaria también comentó que, en los últimos meses, Kanye West no ha mantenido contacto constante con los niños, por lo que ella se ha hecho cargo de su cuidado y educación a tiempo completo.
A pesar de las diferencias, Kim recalcó que su prioridad es la salud y el bienestar de sus hijos, evitando declaraciones que puedan afectar su entorno familiar.
El costo emocional de la fama
La confesión de Kim pone en evidencia el alto costo emocional que puede tener la exposición mediática, incluso para alguien acostumbrada a vivir frente a las cámaras. Su testimonio, compartido sin dramatismo pero con honestidad, revela una etapa de vulnerabilidad y resiliencia, en la que la salud mental se volvió un tema central.
Ni Kanye West ni sus representantes han emitido comentarios públicos sobre lo dicho por Kim Kardashian.Ω

