La representante de Jalisco, Yoana Gutiérrez, rompió el silencio tras verse en medio de una intensa polémica luego de la final de Miss Universe México 2025. Con profesionalismo y firmeza, negó cualquier complot contra la ganadora, Fátima Bosch, y aseguró que los ataques en redes han sido injustos.
¿Qué pasó en la final que encendió redes?
El concurso se llevó a cabo el 13 de septiembre de 2025 en Zapopan, Jalisco. Fátima Bosch, originaria de Tabasco, resultó coronada como Miss Universe México 2025.
Minutos después de la coronación, se viralizó el momento en el que 27 concursantes regresaron al escenario para abrazar a Yoana Gutiérrez —a pesar de que la mayoría ya había abandonado el escenario—, gesto que fue interpretado por algunos medios como un acto de protesta velado hacia Bosch.
La respuesta de Yoana Gutiérrez
A través de historias de Instagram, Yoana dejó claro que no formó parte de ninguna estrategia contra Bosch.
Reprochó la agresividad de los mensajes dirigidos hacia ella: “Son injustos los comentarios agresivos… ella no hizo nada malo más que recibir el cariño de sus compañeras”, se pudo leer en publicaciones de terceros, como la del maquillista Iván Velasco.
Reconoció que el fanatismo muchas veces ciega: expresó que no puede controlar lo que otros hagan, pero sí responde con dignidad.
A pesar de la controversia, su postura se mantiene serena: seguirá representando a Jalisco y cumpliendo sus compromisos sin entrar en escándalos ni alimentar rumores.
Lo que dijo Fátima Bosch y el tema de la sororidad
Fátima Bosch también se pronunció al respecto. Señaló que tras su coronación solo cuatro concursantes la felicitaron públicamente, algo que calificó como una falta de profesionalidad y una oportunidad perdida para demostrar verdadera sororidad.
En redes, Bosch insistió en que “la sororidad verdadera no se dice de dientes para afuera; se practica”.
¿Por qué esta polémica trasciende más allá del certamen?
Porque toca temas sensibles: expectativas del público, presión social, el rol que juegan los gestos simbólicos en eventos de alta visibilidad.
La controversia puso en evidencia cómo se interpreta la unidad entre concursantes (sororidad) en concursos de belleza modernos, y cómo el escrutinio mediático puede convertir cualquier gesto en escándalo.
También refleja que en concursos de belleza, más allá de la belleza física, la imagen, el comportamiento y la narrativa pública importan casi tanto como la corona.
Yoana Gutiérrez se ha mantenido fiel a su estilo: elegante, preparada y clara. Aunque no obtuvo la corona, esta historia probablemente le deje lecciones de cómo manejar la fama, los medios y la presión digital. Su mensaje central: no soy producto del fanatismo ni del resentimiento; solo soy una concursante que recibió cariño, que reconoce sus errores si los hay, pero que no va a dejar que malinterpretaciones definan su carrera.